El PP ha recogido el malestar de los contribuyentes que han visto cómo el alcalde ha empezado a cobrar el IBI sin avisar un mes antes para tapar su gestión económica

Benlloch ha vuelto a adelantar de nuevo el cobro del IBI a los vecinos de Vila-real que tienen el pago domiciliado para lograr liquidez ante su pésima gestión económica.

El concejal del PP, Carlos Gil, ha lamentado que “por segundo año consecutivo se adelante el cobro y no se informe a los vecinos quienes han visto cómo de repente y sin previo aviso se les ha descontado el dinero de golpe”.

Los populares han recogido el malestar de los vecinos ya que “el año pasado lo adelantó a mediados de julio y este año, de forma oculta, lo ha adelantado al mes de junio” lo que “no sólo ha cabreado a los vecinos, sino que ha hecho que los bancos estén desbordados atendiendo las quejas de los vecinos”.

Benlloch ha perpetrado este ‘asalto’ y ha dejado a muchos vila-realenses a los pies de los caballos ya que “las familias normales tienen una programación de gastos, a diferencia del alcalde, y muchos pagan el IBI con la paga extra de julio”. Además, faltan sólo diez días para que aquellos que deben pagar a Hacienda tengan que hacer frente al pago del IRPF.

La pésima gestión del alcalde ha hecho que el Ayuntamiento haya quedado intervenido “después de incumplir la Ley del gasto” ya que “ha estado gastando más de lo que se ingresaba” al estirar “más la mano que la manga”. Gil ha recordado que “pese a todo ello, Benlloch ha querido hacer frente a inversiones como la del Gran Casino”. Todo ello ha acabado con un aumento del IBI del 10% para el próximo ejercicio.

De hecho, todos los vecinos de Vila-real son ya conocedores de la mala situación económica del Ayuntamiento ya que Benlloch no paga a las entidades sociales y se adeuda dinero a diferentes asociaciones, empresas y autónomos de Vila-real.

Todo esto se suma, además, a que el equipo de gobierno no quiere facilitar las facturas “no sólo al PP sino a los vecinos, ya que se niegan a hacer pública la información del gasto”. “Quien no quiere ser transparente es que algo oculta y no tiene la conciencia tranquila por lo que ha hecho” ha señalado Carlos Gil.