El desastre de Benlloch provoca que el nuevo presupuesto no estará aprobado hasta febrero de 2017 lo que se suma al caos económico generado por el alcalde

El desastre de Benlloch en la gestión económica de Vila-real suma un nuevo capítulo. El alcalde ha decidido retrasar la aprobación de los presupuestos al 10 de enero de 2017 lo que implica que, entre el periodo de alegaciones y su publicación, el nuevo presupuesto no entrará en vigor hasta febrero del año que viene.

Una situación que agrava más la complicada economía de varias entidades que dependen del Ayuntamiento. Asociaciones, colectivos sociales, grupos de vecinos o clubes que todavía no han cobrado lo que se les debe de este año ahora se enfrentan a que “las bases de 2017 llegarán con un mes de retraso”, tal y como explica el edil del PP en Vila-real, Carlos Gil.

También los convenios que se acuerdan con distintas entidades como ONGs deberá esperar. Para Gil “las excusas que ha usado el alcalde para atrasar la aprobación del presupuesto no tienen ninguna justificación” y ha lamentado que “este tipo de retrasos por la falta de rigor y de responsabilidad lo paguemos todos los vecinos de Vila-real”.

Para el edil “el hecho de que se retrase es un ejemplo más del desastre de la gestión del alcalde que ha decidido subir los impuestos para seguir pagando sus caprichos como comprar el Gran Casino”, señala.

El popular considera que el hecho de que Benlloch no quiera facilitar los presupuestos a la oposición “es un claro ejemplo de opacidad, de soberbia y de querer ocultar la realidad” ya que “quien algo oculta es que algo esconde” y ha recordado que “mientras otros alcaldes acuerdan los presupuestos, Benlloch sigue en su línea de ocultar, buscar excusas e imponer su criterio en contra de los intereses generales de la ciudad de Vila-real”.