Honradez y lealtad

4 de diciembre de 2014 Populars 0 Comments

bous

Cuando hablamos de municipalismo, es necesario abstraerse del debate político general y girar la mirada hacía las raíces de cada uno. Quienes aspiramos a entregar nuestro trabajo al servicio de nuestros conciudadanos, debemos de tener las ideas muy claras de lo que significa la vocación de servicio público, el sacrificio de nuestra vida personal en privilegio de la de nuestro pueblo y, sobre todo, los grandes valores de los que debemos de dar ejemplo como el primero.

En los últimos días se han producido tres grandes importantes noticias de actualidad. La primera la protagonizó Rajoy en el Congreso de los Diputados con una propuesta muy ambiciosa para promover la regeneración de la vida política y la lucha contra la corrupción. Una propuesta a la que el PSOE ya ha anunciado que no piensa ni sumarse ni siquiera valorar un diálogo que busque el consenso. Una decisión que, bajo mi punto de vista es un error, puesto que la sociedad nos está reclamando consenso y limpieza.

En este panorama de actualidad, se conoció la grave noticia de que la Sección Especializada de Anticorrupción, remitió una denuncia contra el alcalde socialista de Vila-real, José Benlloch, contra dos concejales de su equipo y contra su coach (estratega y entrenadora personal), por delitos de prevaricación por falsedad documental y malversación de fondos públicos. Algunos han intentado decir que esta denuncia no es por corrupción, pero demuestran muy poco respeto por los ciudadanos que, a día de hoy, tristemente, estamos acostumbrados a saber perfectamente a qué se refieren estos términos.

Casi al mismo tiempo que Vila-real acogía esta espinosa noticia, el PP celebraba en Benicàssim una convención en la que, el presidente provincial, Javier Moliner junto a más de 200 alcaldes y concejales, establecimos un decálogo de buen gobierno.

Es la hoja de ruta de los gobiernos que el PP busca implantar en las alcaldías. Gobiernos locales centrados en el ciudadano. Donde lo importante será la participación, la gestión sostenible y sin excesos, la proximidad, el bienestar, la generación de oportunidades y la modernización de la administración local.

Pero sobre todo, en este decálogo, priman tres conceptos que creo que hay que poner en valor, ante cualquier otro fin en un ayuntamiento. La transparencia, la honradez y la lealtad.

Los ciudadanos de Vila-real nos enfrentamos ahora a un tiempo en el que será necesario dejar actuar a la justicia para dirimir si existen responsabilidades sobre si Benlloch ha podido cometer algún tipo de prevaricación. Los vila-realenses merecen ese respeto y la verdad, como también merecen y es mi compromiso con ellos, de trabajar por la transparencia del ayuntamiento con honradez y lealtad.

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