Tras el anuncio del presidente Rajoy de propiciar que el partido más votado en las elecciones municipales fuera el que se hiciera cargo de la alcaldía, el debate se ha avivado en toda España, pero especialmente en mi ciudad. En Vila-real, el retrueque electoral posibilitó que cuatro fuerzas políticas con escasas criterios en común, se unieran para crear un pseudogobierno cuatripartito.

Digo pseudogobierno porque cuando alguien no tiene vocación de gobernar ni ha tenido nunca la responsabilidad de gobernar, esta situación sobrevenida se le queda grande, porque los programas electorales con los que concurren son más «brindis al sol» que proyectos de futuro.

¿Qué sucede entonces? Ocurren hechos curiosos, como los que se viven actualmente en Vila-real. En primer lugar se intenta criminalizar al anterior equipo de gobierno. Después se cercena absolutamente el debate de gestión gobernando por decretazo y con absoluta opacidad ante la sociedad. Luego se paralizan todos los proyectos en marcha, hasta firmas históricas de la ciudad han emigrado, empresarialmente hablando, a otros municipios.

Y cuando intentan gobernar lo hacen a golpe de sofocar reclamaciones vecinales, como el caso del pabellon del barrio Melilla o el arreglo de la sede de la asociación de vecinos de la Senia que ha estado tres años apuntalada sin que José Benlloch y sus socios les hicieran caso.

En Vila-real estamos ante una alcaldía que hace oposición de la oposición, es decir, cualquier asunto que el Partido Popular proponga o consiga para el municipio, lo primero es decir no, aunque esto suponga ir en contra de los intereses de los vecinos. Como ha sido el caso del área de servicio en la CV10 que la Generalitat ha concedido a Vila-real. Hace unos meses, al conocer que se iban a determinar los lugares donde se situarían las áreas de servicio, me reuní con la Consellera de Infraestructuras para insistirle que Vila-real respecto de la CV10 es estratégica y que por ello éramos la mejor opción para albergar esta instalación. Al hacerse pública mi petición, el señor Benlloch y su cuatripartito, lejos de unirse a esta reclamación se limitaron a ridiculizar en todos los medios la propuesta.

Por suerte, el gobierno del PP en la Generalitat no ha dudado en apostar por Vila-real y el área de servicio se construirá en nuestro tėrmino, lo que supondrá una fuerte inversión y puestos de trabajo.

Ahora, el señor Benlloch, donde «dijo digo, digo diego»y no ha dudado en hacerse la foto con el secretario autonómico de Infraestructuras para anunciar, a bombo y platillo, que la estación de servicio es casi tan suya que será él mismo quien coja la manguera cuando alguien pida “lleno, por favor”.

Héctor Folgado Miravet

Portavoz del GM-PP Vila-real